Visita del IES MONTERROSO a la Planta de R.S.U. de Casares
Alumnado de 1º de ESO acompañado por los profesores Antonio Martín y Alberto Martín del Departamento de Biología y Geología visitaron las instalaciones, participaron en una amena charla-coloquio con Jesús Amado, vieron un vídeo sobre la gestión de los residuos sólidos urbanos y además, recibieron una bolsa-mochila con objetos que ayudan al Medio Ambiente.
A continuación tenéis unas fotos de la fructífera visita y una información proporcionada por Jesús Amado, técnico ambiental de la Planta,
¿CUÁLES SON LAS MENTIRAS MÁS EXTENDIDAS SOBRE LA PRÁCTICA DEL RECICLAJE?
Como otros tantos falsos mitos, resulta sencillo desmontarlos con hechos de tal manera que resulta imposible encontrar justificación para no reciclar. El reciclaje tiene innumerables beneficios ambientales, sociales y económicos.
Toda la basura se mezcla en el mismo camión
Por lo general existen varios tipos de camiones que hacen su recogida de manera independiente. En los casos que un único camión vacíe en su interior todos los contenedores de reciclaje, debes saber que se trata de vehículos más modernos con separación de compartimentos en el interior, por lo que cada tipo de residuo está aislado de los demás. De este modo, todos los residuos separados en los hogares son recogidos y ordenados por los camiones para tener luego un posterior tratamiento de los mismos.
En la planta de reciclaje se junta todo
Es imposible que tras su recogida los diferentes tipos de residuos se mezclen, básicamente porque estas instalaciones suelen estar separadas y sólo llega a cada una de ellas el residuo en cuestión a tratar. Aunque es imposible que una parte de los residuos no llegue con impurezas procedentes de otro tipo de basura, estas son separadas de manera manual y automática para su correcto procesamiento.
Para eso ya existe un servicio de limpieza y una tasa de basura
Son cuestiones diferentes. El coste que supone reciclar cada tipo de residuo normalmente no está financiado con la tasa de basura que la administración establece o es asumido por el servicio urbano de limpieza. Ambas labores se encargan de la recogida de residuos orgánicos por un lado y de mantener las zonas públicas en buen estado. Además, la responsabilidad de los ciudadanos para con el medio ambiente convierte en una obligación el hecho de reciclar para cuidar nuestro entorno. Son las empresas que venden productos envasados quienes mantienen económicamente el reciclaje, para lo que necesitan la colaboración de empresas, organismos públicos y ciudadanos.
Reciclar contamina más que fabricar un nuevo producto
El daño al medio ambiente es mucho mayor si se tiene que producir un material completamente desde cero que si se establece un sistema de reciclaje, puesto que reciclando se ahorra agua, energía y materia prima. Por ejemplo, fabricar una lata con metal reciclado reduce un 95 % de energía; y en el caso del papel supone un ahorro del 60 % de energía y del 86 % de agua.
Frente al modelo de consumo lineal, que genera un gasto continuo de recursos, existe la economía circular, que mediante la reutilización y el reciclaje supone un ahorro en los procesos de producción y la reducción del consumo energético y materias primas.
La calidad de un producto reciclado es peor
También es habitual escuchar que un producto fabricado a partir de materiales reciclados tiene una peor calidad que un producto fabricado con materias nuevas. Es una creencia falsa, puesto que tanto el vidrio como el aluminio y los plásticos se pueden reciclar y reutilizar de manera ilimitada sin perder sus propiedades.
En el caso del papel y el cartón, se genera una pasta que se utiliza para crear nuevos productos como cajas de zapatos, libros o periódicos con una buena calidad del material.
El reciclaje hace perder puestos de trabajo
Es justo al contrario. En los países donde el reciclaje se ha institucionalizado como una costumbre extendida, la necesidad de crear plantas de reciclaje en algunos casos ha multiplicado hasta por diez la tasa de empleo del sector.
Por ejemplo, la Comisión Europea estima que con una correcta gestión de los residuos se crearían más de 400.000 puestos de trabajo, unidos a los 72.000 millones de euros de ahorro para los países comunitarios y el lógico beneficio para el medio ambiente.
Estas son las leyendas más habituales que podrás escuchar para no reciclar. De todas formas, recuerda que siguiendo la regla de las 3R, reciclar es el último paso tras reducir el consumo al mínimo necesario y reutilizar todo aquello que todavía puede tener una segunda utilidad.
HECHOS MEDIOAMBIENTALES
No es ningún secreto que el mundo y sus ecosistemas se encuentran en un punto crítico. Muchas veces necesitamos de datos mucho más concretos de la manera en que nuestro estilo de vida afecta o no al medio ambiente, es por eso que Actitud FEM reunió varios hechos curiosos para invitarles a reflexionar:
Si cada persona dedicara dos minutos diarios a ver algún video en YouTube sobre el medio ambiente, al final de año tendrías 12 horas más de conocimiento sobre el tema medioambiental.
La energía necesaria para hacer una lata de metal desde cero, es la misma que se utiliza para hacer 20 latas recicladas.
La casa promedio desperdicia la energía suficiente para tener una televisión encendida durante al menos dos años.
Reciclar una tonelada de cartón equivaldría a evitar que 8 metros cuadrados de tierra si se utilizaran como relleno sanitario.
Si cada usuario de Twitter apagara su ordenador una hora cada día, equivaldría a que 9 mil 128 carros dejaran de circular cada año por las carreteras.
La energía que se ahorra por reciclar una botella de plástico daría energía suficiente para encender un foco de 60 watts durante una hora.
¡Hay más datos que seguramente te interesan!
Reciclar una lata de aluminio nos daría la energía suficiente para encender una televisión por durante horas.
Si cada usuario de Facebook acortara un minuto de su tiempo en bañarse, se ahorraría la suficiente agua para llenar 1 millón 136 mil 364 piscinas olímpicas.
Si todos los periódicos del mundo se reciclaran salvaríamos cerca de 250 millones de árboles al año.
Reciclar 515 teléfonos móviles genera la energía suficiente para una casa durante un año.
Si nadie cargara su teléfono móvil durante al menos un día, se evitarían 15 millones de kilogramos de gases invernadero.
¿CUÁNTO TIEMPO TARDAN EN DEGRADARSE ESTOS PRODUCTOS?
1 año: El “papel”, básicamente es celulosa. Si queda tirado sobre tierra y si le toca un invierno lluvioso, no tarda en degradarse. Lo ideal es reciclarlo para evitar que se sigan talando árboles para su fabricación. Lo peor es la suciedad que deja durante ese tiempo.
1 a 2 años: Bajo los rayos del sol, una “colilla con filtro” puede demorar hasta dos años en desaparecer. El filtro es de acetato de celulosa y las bacterias del suelo, acostumbradas a combatir materia orgánica, no pueden atacarla de entrada. Si cae en el agua, la desintegración es más rápida, pero más contaminante.
5 años: Un trozo de “chicle” masticado se convierte en ese tiempo, por acción del oxigeno en un material duro que luego empieza a desquebrajarse hasta desaparecer. El chicle es una mezcla de gomas de resinas naturales, sintéticas, azúcar, aromatizantes y colorante artificiales.
10 años: Tiempo que tarda la naturaleza en transformar un “lata de gaseosa o de cerveza” al estado de óxido de hierro. Por lo general las latas tienen 210 micrones de espesor de acero recubierto de barniz y de estaño. A la intemperie hacen falta mucha lluvia y humedad para que el óxido la cubra.
30 años: Tarda un “aerosol” en degradarse, éste es uno de los elementos de los desechos domiciliarios más polémicos. Primero porque al ser un aerosol, salvo especificación contraria, ya es un agente contaminante por sus CFC (clorofluorcarbonados). Por lo demás su estructura metálica lo hace resistente a la degradación natural, el primer paso es la oxidación.
La aleación metálica que forma las “tapitas de botellas” puede parecer candidata a una degradación rápida porque tiene poco espesor. Pero no es así. Primero se oxidan y poco a poco su parte de acero va perdiendo resistencia hasta dispersarse.
Los “envases tetra-brik” no son tan tóxicos como uno imagina. En realidad el 75% de su estructura es de cartulina (celulosa), el 20 de polietileno puro de baja densidad y el 5 % de aluminio. Lo que tarda más en degradarse es el aluminio, la celulosa si está al aire libre, desaparece en poco más de un año.
100 años: De acero plástico, los “mechero” se toman su tiempo para convertirse en otra cosa. El acero, expuesto al aire libre, recién comienza a dañarse y enmohecerse levemente después de 10 años. El plástico en ese tiempo, ni pierde color.
Junto con el plástico y el vidrio, “el telgopor” no es un material biodegradable. Está presente en gran parte del envoltorio de artículos electrónicos. Y así como se recibe, en la mayoría de los casos se tira a la basura. Lo máximo que puede hacer la naturaleza con su estructura es dividirla. En moléculas mínimas.
Los “corchos de plástico” están hechos de polipropileno , el mismo material de las cañitas y envases de yogurt. Se puede reciclar más fácil que las botellas de agua mineral (que son de PVC, cloruro de polivinilo) y las que son de PET (tereftalato de polietileno).
150 años: Las bolsas de plásticos, por causa de su mínimo espesor, pueden transformarse más rápido que una botella de ese material. Las bolsitas en realidad, están hechas de polietileno de baja densidad (PEBD o FILM). La naturaleza suele entablar una batalla dura contra ese elemento. Y por lo general pierde.
100 a 1.000 años: Las “botellas de plástico” son las más rebeldes a la hora de transformarse. Al aire libre pierden su tonicidad, se fragmentan y se dispersan. Enterradas duran más. La mayoría están hechas de PET, un material duro de roer: los microorganismos no tienen mecanismos para atacarlos.
1.000 años: Los “vasos descartables de polipropileno”, cuchillos, tenedores, platos, etc contaminan menos que los de poliestileno –material de las cajitas de huevos- Pero también tardan en transformarse. El plástico queda reducido a moléculas sintéticas; invisibles pero siempre presentes.
“Pilas” sus componentes son altamente contaminantes y no se degradan. La mayoría tienen mercurio, otras también tienen cinc, cromo, arsénico, plomo o cadmio. Pueden empezar a separarse luego de 50 años al aire libre. Pero se las ingenian para permanecer como agentes nocivos.
4.000 años: La “botella de vidrio” en cualquiera de sus formatos, es un objeto muy resistente. Aunque es frágil porque con una simple caída puede quebrarse, para los componentes naturales del suelo es una tarea titánica transformarla. Formada por arena y carbonatos de sodio y calcio, es reciclable en un 100