Los 26 integrantes de la expedición monterrosera al
encuentro de las esencias cervantinas, ayer martes tuvieron la oportunidad de
realizar una visita a pie por el Madrid de los Austrias (Plaza Mayor, Palacio
Real, Puerta de Alcalá, Plaza de la Villa, Congreso de los Diputados, Puerta
del Sol…) y de disfrutar de una performance literaria con disfraces y todo. Más
de uno parecía recién salido del Siglo de Oro. Y como Madrid da para mucho,
también pudieron visitar una de las pinacotecas más importantes del mundo: el
Museo del Prado. Y dejaron la capital del país tras conocer los tesoros que
guarda en su interior el Museo Arqueológico Nacional.
Fue entonces cuando emprendieron viaje a Toledo, símbolo de la convivencia de las tres culturas: la islámica, la judía y la cristiana. Se alojaron en un albergue que es un castillo medieval y terminaron contando leyendas e historias de miedo a los pies del Tajo. Eso sí, no sabemos cuántos tuvieron pesadillas. Quizás a alguno se le apareciera el espíritu del mismísimo Doménikos Theotokópoulus. Ya nos contarán…