La objetificación de la mujer en los medios de comunicación y la publicidad es, sin duda, un problema serio para nuestra sociedad que acarrea consecuencias muy negativas como la violencia machista en nuestros jóvenes. Si se transmite esa visión de la mujer como un objeto, es muy posible que se la acabe tratando como tal. Un objeto de usar y tirar. Mientras satisfaga las necesidades del hombre, será útil. Pero cuando éstas no se vean cumplidas, la mujer podrá ser desechada como un trasto inservible.
Más aún, la cosa empeora si atendemos al ideal de mujer que aparece en los medios. Es una mujer irreal, artificial y manipulada por los editores/as en los medios con programas informáticos como el Photoshop. La publicidad y la industria de la moda han creado a una mujer que no existe en el mundo real. Sus características ideales son estas:
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- Es una mujer sin arrugas, cicatrices ni estrías. Su piel es perfecta.
- Tiene unas piernas imposiblemente largas, bien formadas y esbeltas.
- Su cintura es tan estrecha que haría a una Barbie morirse de envidia.
- Sus pechos y sus nalgas son milagros que desafían las leyes de la gravedad.
- Tiene un pelo tan sedoso y radiante que parece un personaje de animación generado por ordenador.
- Sus ojos son de un brillo deslumbrante.
- Sus dientes son tan blancos y bien formados que parecen irreales.
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Imagen en Flickr de Heidi Rewell bajo licencia CC |
Los hombres, educados para buscar este ideal de belleza en sus parejas, tienen que aspirar a encontrar a una pareja con estas condiciones. La publicidad les ha inculcado desde pequeños que alcanzar ese ideal les dará felicidad y prestigio social. Así, con estas exigencias en las relaciones interpersonales, se traslada a las mujeres jóvenes y adolescentes una enorme presión.
Nuestras niñas y jóvenes sobre todo, pueden acabar obsesionadas con alcanzar éxito entre los chicos, aceptación y reconocimiento social. Como consecuencia, pueden ser infelices y no estar a gusto con su imagen. Cosa que, con el tiempo, puede derivar en problemas psicológicos serios como la bulimia o la anorexia.
Es realmente inquietante cómo está creciendo el número de chicas adolescentes que presiona a sus familias para que les paguen tratamientos estéticos como aumentos de pecho, liposucciones y un amplio abanico de tratamientos más propios de edades maduras que de la suya. Todo por alcanzar ese ideal de belleza que nos han transmitido desde los medios de comunicación, la publicidad y la moda.