3. ¿Qué haríamos sin nuestra "red de transporte"?
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Imagen en flickr de jjprojects. Licencia cc |
Belén ha ido a hacerse el análisis de sangre que le ha pedido el urólogo. Está inquieta porque es el primer análisis de sangre que le hacen y lleva una lista de preguntas para hacerle al analista.
Ella tiene una ligera idea. Sabe que la sangre está formada por varios tipos de células, que el corazón hace que se mueva por las venas, y… nada más. Pero ya la conoces, cuando tiene una duda no se queda con ella; lleva un montón de preguntas anotadas para hacérselas al analista… Seguro que si sabe algo más de la sangre, perderá el miedo que tiene.
Una vez que le ha sacado la sangre, el analista le explica a Belén lo que va a hacer:
Primero introducimos la sangre en un tubo y después ese tubo en una máquina (centrífuga) que va a girar muy deprisa, para separar los componentes y poderlos estudiar.
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Imagen adaptada de Wikimedia commons de MesserWoland. Licencia GNU free |
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En la sala de extracciones, el analista le explica que la sangre es como un río que va repartiendo nutrientes, recogiendo desechos de todos los sitios, y manteniendo todas las zonas con la misma temperatura.
Está formado por un motor o bomba, el corazón, que impulsa un líquido, la sangre, por una serie de tuberías, los vasos sanguíneos (casi 96000 km), a todo el organismo.
Transporta tanto sustancias beneficiosas a las células como desechos a los órganos encargados de eliminarlos (los pulmones y los riñones).